
Hemos indagado un poco sobre el origen, evolución y uso de la palabra que define esta dedicación profesional.
Y el resultado es que también la lengua nos ayuda a comprender y valorar el mundo que nos rodea.
• Define el drae (responsable de limpiar, fijar y dar esplendor, labor que, como vamos a ver, no hace del todo mal) define, decíamos, la palabra arquitectura como “arte de proyectar y construir edificios”.
A continuación define también arquitectura civil, hidráulica, militar, naval, religiosa, y en todos los casos las define como arte.
De arte dice: “virtud, disposición o habilidad para hacer alguna cosa”;
continúa diciendo “acto o facultad mediante los cuales, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, imita o expresa el hombre lo material o lo inmaterial y crea copiando o fantaseando”;
no se detiene aquí: “conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien una cosa”.
Continuemos con quien ejerce la arquitectura, tanto si es él como si es ella, porque se puede decir arquitecto o arquitecta: dice el drae que proviene del latín architectus, que a su vez procede del griego arkhitéctõn: “persona que profesa o ejerce la arquitectura” .
• Busquemos un poco más atrás. Juan Corominas, en su Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana, (obra por la cual ascendió a los altares de la filología), profundizó un poco más:
- la palabra griega arkhitéctõn, está compuesta de téktõn, “obrero”, “carpintero”, que a su vez deriva de tíktõ “produzco”, “doy a luz”;
- y de árkhõ, “soy el primero”.
Y esto recuerda enormemente al feudalismo medieval, época en la que el Rey era el “primus inter pares”, el primero entre iguales.
La palabra castellana comienza ya a usarse hacia 1520.
• Podemos retroceder aún un poco más. Veamos qué dice el Diccionario Etimológico Indoeuropeo de la Lengua Española (Edward A. Roberts y Bárbara Pastor. Alianza diccionarios. Madrid 1997).
La raíz teks- de origen indoeuropeo significa "tejer", "fabricar".
De ella evolucionan multitud de términos asociados que han dado como resultado palabras como tela, telar o tejido, aplicándole el sufijo –lã.
Si aplicamos el sufijo –õn aparace teks-õn-, “tejedor”, “constructor” que derivó en la palabra griega téktõn, “carpintero” “constructor”, que ya menciona Corominas.
Si añadimos el prefijo αρκω, “mandar” nos da arquitecto, “el que dirije la contrucción”.
• Para terminar digamos que también existe el término alarife “arquitecto o maestro de obras” que proviene del árabe al-‘arif, “el maestro” “el entendido” “el oficial”.
Todo es coherente y cada caso añade matices que enriquecen el término y lo dignifican, y, sobre todo, lo humanizan.
-¿que significa arquitectura? así nos recibieron en primero de carrera y sin duda esta disección de la palabra nos hubiera ayudado bastante.
ResponderEliminarA lo largo de la historia cada maestro arquitecto ha dado su definición de lo que para él significa la palabra y os animo a que investiguéis sobre ello.
Gracias por el trabajo que hacéis en el blog, me parece muy interesante
Es impresionante cuantísima historia y tradición puede albergar una sola palabra.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog!
Cómo me gusta la etimología, más que comer con las manos...
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